lunes, 30 de noviembre de 2015

Llegamos al Llegadero

Esperemos que después de tanto nadar, no nos ahoguemos en la orilla. Han sido 17 años de lucha; de estira y encoge. En fin, llegó el momento ansiado; añorado; por el que han cerrado empresas, acabado familias, muertos muchos venezolanos, emigrado centenares de miles de nuestros hermanos. Llegamos al llegadero. Y se plantea el reto: encuestas o votos. Porque las encuestas pueden entonar la hermosa canción que todos quieren escuchar. Pero si no hay votos, los suficientes para exhibir una victoria inobjetable, no hay llegadero posible; tampoco triunfo convincente.

Nadando en una inmensa cantidad de dinero con la que cualquier Faraón del antiguo Egipto nos hubiera podido cubrir todo el territorio de Pirámides, aquí, sin embargo, el 2015 termina entre “visitas” gubernamentales a las empresas que producen alimentos y tienen algunos inventarios, para “comprárselos” a precios de regulación discrecional, mientras les aseguran que cobrarán tales bienes en el 2016. Desde luego, sin decirles cuándo, ni cómo. A la vez que les aclaran que eso no es comiso, ni robo. Sólo un hecho “normal” en un acto de “intervención” administrativa.

Se terminó el chorro de dinero y el Banco Central de Venezuela  está con la aguja del tanque de combustible recostada de la E. Ni siquiera tenemos recursos para cubrir el enorme, turbio y elástico Presupuesto Nacional del 2016, a no ser con dinero inorgánico.

No hay dinero. No hay suficientes alimentos. En cambio, sí hay hambre; mucha hambre. Lo único que no escasea, son la angustia y la incertidumbre. La angustia es para quienes financian, producen y comercializan bienes y servicios en el país, porque no saben cómo evitar el cierre de sus empresas. La incertidumbre es para los trabajadores y los consumidores, porque no saben si podrán seguir trabajando o continuar comprando, aun cuando hagan colas, y también para los proveedores internacionales que no saben si cobrarán lo que les adeudan los importadores venezolanos.

El 6 de diciembre -el próximo domingo- se sabrá, finalmente, de qué estamos constituidos los venezolanos que nos autocalificamos de demócratas.  Diremos con un voto si somos realmente demócratas, o si, ausentes, expresaremos que no somos más que una simple variable cómoda y poco seria del autocratismo tradicional que pulula en este rincón del trópico. ¿Votaremos o iremos a la “playita”?. ¿Seremos observadores o participantes?.

Lo cierto es que ese día, al mejor estilo de cualquier boxeador criollo, entre tantos que se han llenado de gloria a nivel mundial, se montarán en el ring los dos contrincantes que se disputarán el derecho a legislar en Venezuela a partir del 2016.

Los contendores en esta importantísima pelea serán el CONTINUISMO y la ESPERANZA. Mejor dicho, los mismos rivales venezolanos de larga data, aunque siempre distinguidos por sus muy distintos estilos de pelea. Se trata de contrincantes que, de entrada, se lanzan amenazas y acusaciones relacionadas con el uso de prácticas no permitidas,  de acuerdo a las reglas de combate impuestas por las máximas reglas que fija la  autoridad comicial, es decir, "LA CONSTITUCION", a la vez que ambos se proclaman vencedores.

A sólo 8 días de la confrontación, el tablero de las apuestas le da una ventaja sustancial a la ESPERANZA. Sin embargo, el CONTINUISMO amenaza con pelear y ganar como sea, mientras hace alardes de disponer de serios refuerzos que les aseguran el triunfo. La ESPERANZA, mientras tanto, también alega estar lista para la victoria, sin citar refuerzos ni aliados para la ocasión. Se remite a lo que expresa el público espectador y participante; tanto al de las gradas del interior, como al público del exterior que lo apoyan y aplauden con entusiasmo, a la vez que la declaran favorita.

Del público espectador y participante, le gritan a la ESPERANZA que tenga mucho cuidado, porque el referee está vendido y que, junto con el CONTINUISMO, ha organizado muchas mañas para derrotarlo. De igual forma, le alertan que el rival ha dicho que está preparado para vencer, porque, además, cuenta con la solidaridad de veedores en las cuatro esquinas, para cantar intento de pelea sucia, cuando la ESPERANZA dé demostraciones de fuerza, resistencia y seguridad de triunfo.

Los especialistas o expertos en este tipo de confrontaciones opinan que si gana  el CONTINUISMO, sería su última pelea, porque no cuenta con reemplazo y los integrantes de su cuadra ya están cansados, además de que han diseñado sus propios centros de entrenamiento, por si acaso se abriera la posibilidad de subir al ring en un momento no muy lejano, y alejados de quien se ocupa de  organizar futuras confrontaciones.

Inclusive, entre ellos, abundan las diferencias y muchos tienden a ser cuidadosos de no pedir ser incorporados a ningún cartel, cuando consideran que lo inteligente es, antes que una pelea, no correr riesgos y evitar la posibilidad de perder la fortuna que han ganado durante los 17 años como sparring, cargadores de guantes, masajistas o auxiliares de esquina. Más vale eso, antes que retornar a precarios orígenes.

Por otra parte, ¿quién duda que, aún perdiendo el 6 de diciembre, la ESPERANZA no pudiera presentarse a corto plazo seguramente más fuerte, mejor entrenada, con más respaldo, por lo que sólo habría un escaso margen -por no decir mínimo-  para un próximo combate  en el que, sin duda alguna, el CONTINUISMO estaría condenado a desaparecer definitivamente?.

Hace pocos días se realizó un combate similar en el ring argentino. Y allí el vencedor inobjetable fue la ESPERANZA, en una revancha posterior a la primera confrontación que fue calificada de empate técnico. En esta nueva disputa, al principio de la contienda y hasta más allá de la mitad de la pelea, la ESPERANZA se había venido imponiendo con mucha ventaja. En el último cuarto de final, inexplicablemente, remontó el CONTINUISMO y casi empata. Pero, finalmente, ganó la ESPERANZA por escasa ventaja, aun cuando los entendidos no le encuentran explicación técnica.

Pero como quiera que allí las reglas de la CONSTITUCIÓN se respetaron y el referee también era observado por instituciones públicas no comprometidas con nada distinto a esa misma CONSTITUCIÓN, el ganador terminó siendo ganador. Eso, realmente, se tradujo en que no hubo necesidad de mayores explicaciones. Sencillamente, el CONTINUISMO reconoció el triunfo de la ESPERANZA elegantemente, más allá de que el mánager femenino, como era de esperar,  calificara la ventaja de pírrica.

Por supuesto, el resultado de la ESPERANZA en el ring argentino le ha dado un ánimo adicional a la ESPERANZA venezolana. Considera que es ganadora, además, porque su técnica y comportamiento ya fueron probados en esa parte del Sur del Continente.

Autor: Egildo Lujan

¿Que ves aqui?

Fuente: http://www.noticierodigital.com/forum/viewtopic.php?f=1&t=7032

El diablo pasará trabajo

En un pasaje llanero del poeta y escritor Alberto Arvelo Torrealba se refleja el abuso de quien se cree poderoso y utiliza su fortaleza para atropellar al que en apariencia es más débil, sin embargo, algunas veces le sale lo roto por lo descosido. En una noche oscura,  Florentino, haciendo uso de su ingenio, verbo y fe en Dios, derrotó al mismísimo Satanás. No sé  por qué  visualizo un escenario parecido para el 6D. Ante el uso grosero del poder para intimidar y chantajear a la gente, espero que  el pueblo reaccione, vapuleando a quienes hoy se creen poco menos que invencibles. A pesar de nunca haber compartido el concepto del voto castigo y siempre haber privilegiado el sufragio reflexivo, en esta oportunidad, disfrutaré viendo el mazo de la AN, en manos de alguien del sector no afecto al gobierno.

El escritor Rudyad Kipling, en su poema “Si”  expresa: “Si puedes confrontarte con los dos grandes impostores de la historia: el triunfo y la derrota, tratando a ambos de igual forma, tuya será la tierra, hijo mío”. Veremos como se comportan los distintos actores ante disímiles circunstancias. Ojalá todos entendamos que el sistema político mayoritario, conocido como la dictadura de las mayorías, ha obstruido el libre transito hacia el desarrollo social, económico e institucional de Venezuela. Este instrumento, en lugar de propiciar una mayor y mejor democracia,  solo ha servido como arma para aplastar a quienes piensan diferente.

La prepotencia de quienes se adjudicaban la mayoría fue tal que nunca estimularon los espacios democráticos como el parlamento. El  insulto y la descalificación negaron la posibilidad de acuerdos. Lo gobernantes nunca entendieron que en política los adversarios son agonales y no existenciales, cuyo significado es que quien hoy se te opone en un tema, mañana puede ser tu mejor aliado en otro. En Venezuela decimos: nadie aprende con nalgadas en “cuerpo” ajeno. Este axioma  deberán aplicarlo los oficialistas a partir de enero y ojalá que este tropiezo en el camino les enseñe que nadie puede ponerse por encima de la voluntad del que ellos llaman soberano.

A los que se perfilan como ganadores quiero presentarle algunas respetuosas sugerencias: El chavismo solo será derrotado, no arrasado. Esto significa que seguirá siendo un factor político de primer orden. Del amor al odio siempre hay un paso. Los pueblos nunca entregan cheques en blanco, por eso debemos dar y rendir cuentas eficientes en el corto plazo. Por ultimo, recordemos los efectos de la acción retardatriz ejecutada en los mismos campos donde el diablo fue barrido por Florentino.

*Coordinador Nacional de “Gente” Generación Independiente
@alvareznv


lunes, 23 de noviembre de 2015

OSCURO Y TORMENTOSO PANORAMA

Formato del Futuro

A quince días de celebrarse las elecciones de los Diputados para el nuevo período parlamentario, lejos de percibirse un ambiente de alegría y de optimismo, lo que se  siente en la población a lo largo y ancho del país, es preocupación, angustia y pesimismo.

Son tantos los factores adversos que viven los venezolanos, que el interés electoral se debate entre acudir “para ver si cambian las cosas”, o hacerlo para “que se acabe esta pesadilla en la que el insomnio y el hambre se han combinado, para pensar y deducir si bastará votar para poder hacerle pagar a esta gente el daño que nos han provocado”.

No son pocas las reflexiones que concluyen en lo mismo: “aquí no tendría que estar pasando nada de lo que estamos viviendo, si 17 años de agresión, odio y resentimiento social, en el medio de una lluvia de ingresos, como nunca en la historia, se hubieran usado para mejorar y ampliar la infraestructura nacional, modernizar la industria y la producción agropecuaria, y hacer del comercio el gran soporte para competir dentro y fuera de Latinoamérica”.

Pero como ya no es posible revertir la incidencia de los daños en la economía y el sistema de vida de todos los venezolanos, ahora hay que centrar la atención en la posibilidad política de participar en un proceso electoral al que acude la expresión democrática  venezolana, teniendo a su favor lo que dicen todas las encuestas.

Lo que los sondeos arrojan, es que, en plena arrancada de la campaña electoral, la fuerza opositora se proyecta con una sensible ventaja, comparativamente con lo que los resultados proyectan a favor del régimen. Tan grande es la diferencia porcentual, que, a simple vista, pareciera irreversible la victoria numérica y porcentual de la fuerza democrática. Y, para peor resultado del oficialismo, lo que esas mismas encuestas indican es que gran parte del llamado chavismo se abstendrá, o votará en contra de los amparados, respaldados y financiados por los herederos de Chávez. Porque ha sabido entender a qué se debe todo lo que está viviendo, mientras se acerca aceleradamente a la posibilidad de formar parte de la creciente pobreza extrema.

El régimen, imposibilitado de poder capitalizar positivamente el efecto inaugural de obras a medio terminar, la distribución de regalos y la desesperada intención de reactivar esperanzas populares con la oferta de viviendas para algún día, ha tenido que apelar a la imagen ya borrosa del difunto Hugo Chávez Frías. Porque el Gobierno es de los que aún cree en que hay un legado capitalizable, productivo en lo electoral. En que Chávez, a pesar de su ausencia física,  sí salva. Sólo que ya no puede hacerlo como un portaviones, sino como una modesta balsa; del mismo modelo que  tienen que seguir usando los cubanos, después de medio siglo de penurias.

Apelar a Chávez, sin embargo, en el fondo de lo que aún le sirve de soporte electoral a los candidatos del Gobierno, ha terminado por darle forma a un fraccionamiento en lo que se promueve con ostentosas y millonarias campañas. Porque ahora hay chavistas y maduristas con peores enfrentamientos entre sí, mientras se multiplican las acusaciones que van desde el enriquecimiento fácil, hasta el manejo de los peores negocios internacionales. Desde luego, mientras la fractura se hace más notable, también se proyecta con mayor fuerza  el debilitamiento de la popularidad,  como de  las cada vez más menguadas posibilidades de triunfo del régimen. Es decir, Chávez no salva.

En cuanto a la llamada fuerza opositora, también se presenta con un fraccionamiento entre los partidarios de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) y los Partidos y Movimientos que postularon a los que denominan Candidatos Independientes. Todo es producto de la molestia inicial que causó la determinación de la MUD de no realizar  primarias a nivel nacional. No se le perdona que sólo lo haya aceptado  en una minoría de circuitos, irrespetando y hasta menospreciando la voluntad del pueblo elector, siempre identificado con el liderazgo regional.

Por los efectos de la gran polarización que se siente y se manifiesta en la población para esta próxima contienda electoral, se deduce que ese es un factor que no debe afectar en mayor cuantía a la fuerza opositora. Por el contrario, el sentimiento generalizado de la “Economía del Voto " se proyecta en cada rincón del país como otra tendencia que favorecerá numéricamente a la MUD, en lugar de los Candidatos Independientes, a la vez que el Gobierno exhibe desesperación, ante la posibilidad de que lo que pudiera darse al final de los comicios sea un deslave antigubernamental, impulsado por su propia gente.

Precisamente, ante esa posibilidad, es cuando emergen las eventuales causas que alientan o estimulan lo que muchos describen como  el oscuro y tormentoso panorama que se proyecta alrededor del momento electoral y del día después.

Porque mientras el Gobierno insiste en que se firme un documento de compromiso para respetar los resultados electorales, aun cuando es obvio que todos los que participan tienen la obligación constitucional de acatarlos, nadie cita que, ante las dudas, existen las vías legales para la impugnación. ¿Por qué sembrar dudas?.

Por otra parte, ¿a qué se debe que aquél que llama a firmar documentos, es el mismo que declara públicamente que, de perder las elecciones Parlamentarias, él y su gente saldrán a la calle, junto a las Fuerzas Armadas Bolivarianas, a defender la permanencia de la Revolución Bolivariana?.¿Y desde cuándo en Venezuela existe alguna disposición constitucional, con base en la cual las Fuerzas Armadas tienen la misión de poder operar como  defensoras a ultranza de una ideología o de un partido político?.

Los grupos de electores que compiten en una contienda como la que se llevará a cabo el 6 de diciembre, tienen que aceptar los resultados que surjan como expresión de la voluntad popular. Y si existen dudas, que impugnen. Pero  no es posible que, sin que se haya desarrollado el evento comicial, ya se esté planteando la existencia de dos tipos de ciudadanos electorales en el país: los que ganan y los que no aceptan perder. ¿Es que acaso el Presidente de la República tiene un pueblo exclusivo y el resto de los ciudadanos conforman otro pueblo?.

Ante esta situación, se suma ahora una serie de casos de carácter internacional que vienen a complicar, aún más,  el panorama político del país. Sobre todo por el sepulcral silencio con el que se insiste en tratarlo, desde esa megaestructura comunicacional de que hace gala el Ejecutivo para anular disidencias y cuestionamientos a su desempeño. Porque cuando surgen señalamientos relacionados con casos delictivos en los que, supuestamente, están involucrados ciudadanos ligados a la familia presidencial, tiene que haber alguna explicación o aclaratoria. De igual manera, ¿a qué se debe que se insista en minimizar la gravedad de lo que representa el hecho de que ciudadanos de distintas nacionalidades  catalogados de supuestos terroristas, aparezcan portando pasaporte y cédula venezolanas?.

Ciertamente, Venezuela está viviendo momentos complejos de todo orden, Y eso obliga a apelar a la fibra de ciudadanos apegados a principios democráticos. A hacer  gala de una gran valentía y de coraje en defensa de los  valores familiares y del país.

El momento electoral es una oportunidad histórica para, precisamente, apelar a esas virtudes nacionales.  Ningún ciudadano debe quedar rezagado ante dicho evento. Hay que salir a votar y convertir en resultado positivo la disposición de impulsar cambios.  

En cuanto a los que fueron escogidos para ser Miembros de Mesa y los que, voluntariamente, han decidido ser Testigos en representación de los grupos políticos que compiten, tienen que ser fieles garantes de la voluntad participativa de los electores, como de la demostración de que los resultados son los que tienen que ser.

No es mentira lo que Venezuela y los venezolanos se están jugando, ante el reto que implican unos comicios en el medio de abundantes fuerzas interesadas en que sean las diferencias las que se impongan, y no las coincidencias. De ahí que es menester aceptar como cierto que el 6 de diciembre, lo que está en juego es la decisión acerca de si se quiere un futuro entre entendimientos o entre enfrentamientos. La apuesta mayoritaria tendría que ser –y así tiene que ser- a favor del fortalecimiento de los valores familiares, de la paz como gran propósito político, y del bienestar social y económico como la meta de todos.

Egildo Luján Nava
                  Presidente de Fedecámaras Miranda y Director de Fedenaga

Tsunami Electoral

Lo que combatí durante los 40 años de democracia, imperfecta, pero democracia al fin, palidece ahora a la luz de la incapacidad y mala fe de los actuales gobernantes y para nada exculpo al mandatario fallecido,  porque el fue, la primera semilla que abonó el desastre en que vivimos, por su pensamiento militarista-autoritario-resentidosocial, tendencia que ahora ha sido exponenciada, agregándole de su propia cosecha, una pronunciada dosis de supina ignorancia en todas las materias.

El gobierno asegura favorecer a todos al regular los precios y entre chácharas destempladas, decreta y no concreta nada, porque la falta de producción ridiculiza las bravuconadas: Fijó el precio de  la harina de maíz en 19 Bs. pero solo se consigue a 300; controló el precio de: la carne, el pollo, el arroz, la pasta, el atún, el café, el azúcar y parece que esos productos solo los volveremos a ver en el paraíso. Ah, pero en el Paraíso del Edén porque cerca del Pinar, no existen. Decretaron un precio para el cartón de huevos y ahora tendremos que dibujar, con las páginas de la gaceta, la figura del suspiro de la picatierra y colocarlo en el sartén para ver si éste le insufla el mismo contenido proteico que le imprime la gallina.

La tragedia social es fuerte, el ciclón amenaza desaparecernos a todos, sin embargo lo que mas me perturba el sueño es el grado de pasividad y resignación que percibo en la gente ante tanta negligencia y atropellos.  En todos los pueblos de Venezuela observo con vergüenza y tristeza las colas que se forman a la intemperie; escudriño la cara de quienes se encuentran en las kilométricas filas y me asombro con el reflejo de resignación y desesperanza en sus semblantes, noto la ausencia de nuestro espíritu irreverente y libertario que marcó una impronta en Sudamérica.

Me sorprende que en medio de este estado de caos y ruina, todavía quedan personas que exculpan al gobierno por la tragedia en curso, seguramente todos somos culpables de este hecho, porque en los últimos 57 años, no hemos sabido, no hemos podido o no hemos querido, desarrollar una conciencia critica en el pueblo que le permita independizar el cerebro del estomago y rechazar conductas demagógicas, como el populismo y el chantaje económico y moral.

Nada me haría más feliz que estar equivocado y que el 6D un tsunami electoral en contra del gobierno, me obligue a rectificar mis conjeturas iniciales, pero ruego a Dios que de producirse esa reacción, venga acompañada de una reflexión critica y profunda que nos permita execrar a los mediocres y elegir a los mejores, independientemente de su color o credo.

*Coordinador Nacional de “Gente” Generación Independiente
@alvareznv

jueves, 19 de noviembre de 2015

Tercera Guerra Mundial

Estatutos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) confirman la llegada de la tercera guerra mundial, ya que seis países se encuentran en guerra pese a que no hay una declaración oficial.
Cabe mencionar que de acuerdo a los estatutos de la Organización de las Naciones Unidas ya se dio de facto, el inicio de la tan temida Tercera Guerra Mundial.
Para el Consejo de Seguridad de la ONU se requiere de la participación de cinco países para denominarse guerra mundial. 
Fue el presidente del Consejo de Seguridad de la ONU, Raimonda Murmokaité, quien ratificó el hecho sobre la guerra en contra de la Organización del Estado Islámico, también conocido como ISIS. El funcionario resaltó que los bombardeos masivos darán inicio en las próximas horas y no terminarán hasta haber culminado su cometido.
Estados Unidos, Rusia, Francia, Alemania, Irán e Irak son los países que actualmente están en guerra, y son conocidos como los cruzados por los yijahdistas, y que han decidido acabar con el mencionado grupo terrorista. 
Tras los recientes atentados en París, los representantes de estas naciones dieron a conocer su postura y están dispuestos a sumarse.

miércoles, 18 de noviembre de 2015

Terrorismo electoral

Saber lo que es justo y no hacerlo es la peor de las cobardías. Confucio (551 a. C. – 479 a. C.), pensador chino


El mundo se estremece ante el horror de una guerra no convencional entre el mundo occidental y la barbarie inhumana de una minoría islámica, que ha tomado la Ciudad Luz de Europa como foco para ejecutar una acción de asesinato masivo a inocentes.



Los jefes de Estado de los países más poderosos se han reunido, olvidando sus diferencias políticas, para coincidir en un acuerdo de exterminio de estos grupos que amenazan la existencia misma de la civilización y producen un unánime rechazo.


La usualmente apacible Europa se ve sacudida por una explosión de violencia que la obliga a repensar sus leyes inmigratorias, sus políticas de acogida a refugiados del Medio Oriente y, sobre todo, sus medidas de seguridad para garantizar la vida de sus ciudadanos y de una infraestructura que es patrimonio histórico y cultural de la humanidad. Indefectiblemente, la discusión del qué hacer transita por la posibilidad de obviar derechos humanos, democracia y tolerancia ante la muy pragmática y cierta amenaza contra naciones y vidas.


En París se cuentan hasta ahora 133 muertos, 88 heridos graves y cientos de lesionados por los ataques en secuencia del grupo extremista islámico Isis. La solidaridad mundial con el pueblo galo, cruelmente atacado en el corazón de su vida, promueve campañas como “Pray for Paris”. Pero también ha desatado la xenofobia contra el islam y los refugiados meso orientales. Un mundo polarizado que está resquebrajando esperanzas de paz.


Mientras tanto, en Venezuela libramos nuestra propia guerra. Pocos están pendientes de lo que sucede en el resto del planeta, porque la lucha por la sobrevivencia es extenuante y no deja tiempo ni disposición para asuntos externos, por trascendentales que sean. Ubicar leche para los niños, toallas sanitarias para esos días, huevos para el desayuno, medicinas para los enfermos o un pollo para medio comer, quita tiempo y ganas, da rabia e indignación. Si a esto le agregamos el pugilato diario por treparse en las busetas que van quedando, la impotencia de no conseguir repuestos para automóviles o electrodomésticos, el tiempo perdido en apagones y cortes de agua; todo esto arropado por un discurso político con grados de imbecilidad, que denotan la ignorancia criminal ante lo que sufren los venezolanos, es como para sucumbir a la depresión o la furia. Pray for Venezuela.


Y ni hablar de muertos. En la Venezuela revolucionaria, donde asesinan a 25 mil personas al año, mencionar un centenar de muertos no inmuta. La muerte se ha convertido en nuestro acompañante habitual, la topamos en las esquinas, son ya usuales los crímenes horrendos, al punto que forman parte de la cotidianidad. Pray for Venezuela.


El país se ha pulverizado ante nuestros ojos, destruidas las instituciones, desamparados los ciudadanos sometidos a una permanente injusticia y arbitrariedad. La crisis económica y la ausencia de Estado de Derecho dejan al descampado a los habitantes de este país, donde un grupo que se hizo con el poder con pretensiones de perpetuidad, se corrompió por la ausencia de moral y de contraloría. La riqueza mal habida tiene su propia clase social, vulgar pero millonaria: los boliburgueses, que ostentan su súbita abundancia por todo el mundo, creyendo que son impunes ante la justicia mundial como los son ante la prostituida justicia venezolana.


La podredumbre del poder, mezcla de tráfico de influencias, corrupción y drogas, ha hecho su propia explosión en Venezuela. Nada de lo que digan o hagan podrá ya ocultar la nieve en las cumbres del Gobierno. La absoluta mayoría de los venezolanos sabe que no hay finado que rescate la pérdida absoluta de la confianza en una revolución que ha quebrado las bases económicas y morales del país. Pero tenemos una oportunidad más directa y eficiente de la que tienen los parisinos para deshacernos de lacras: Votar y defender el resultado de unas elecciones parlamentarias, que serán un primer paso en el proceso de recuperar libertades y derechos.


Las elecciones parlamentarias serán momento estelar para probar el talante democrático de quienes verdaderamente lo son. Ya la oposición conoce de las trampas y el ventajismo que le han aplicado durante los últimos años. Sabe de memoria el truquillo de las prórrogas, la toma de los miembros de mesa, los cambios de circunscripciones, las migraciones, los motorizados violentos. Este año hay nuevos regalos del CNE: centros electorales que llevan el nombre del finado, del espíritu del finado, de la mamá del finado. El mismo que dicen va a ganar las elecciones desde el más allá, porque estamos en el país donde los muertos votan y los que están perdidos usan a un muerto para hacer campaña.


Quieren asustar a la ciudadanía con el coco de las milicias, que van a ser usadas para custodiar los centros electorales. Y con un nuevo invento: centros electorales de una sola mesa en su mayoría, ubicados en bases de misiones y sedes de consejos comunales, cuyo padrón está constituido preferentemente por votantes migrados de otros circuitos o estados y por abstencionistas consuetudinarios. En Carabobo, 90% de esos nuevos centros están en la parroquia más populosa, Miguel Peña, y el restante 10% en el eje oriental. Los técnicos y políticos de la oposición saben bien lo que pasa.


Los electores no tienen por qué tener confianza en un CNE que ha permitido toda clase de ventajas al oficialismo, sin hacer caso alguno a las protestas de venezolanos con los mismos derechos a triunfar. En lo que sí se debe tener confianza es en las ganas de cambiar lo que nos perturba tan profundamente, en el deseo y el derecho de ser libres para pensar, opinar, trabajar, producir. Y en regresar al camino de la fe, de la bondad, de la convivencia y la tolerancia. El mal que se ha apoderado de Venezuela tiene sus días contados. Una Corte en “el imperio mesmo” nos está dando una manita. La otra manita está en la esquina inferior izquierda del tarjetón. Vota sin miedo.


Charitorojas2010@hotmail.com
@charitorojas

lunes, 16 de noviembre de 2015

Gran Cruzada por la Justicia y la Razón

Formato del Futuro

A menos de treinta días de celebrarse el proceso electoral para la constitución de la nueva Asamblea Nacional, dos planteamientos de fondo se hacen sentir en los recorridos nacionales que hace el liderazgo partidista y de los movimientos organizados por pueblos, ciudades y caseríos: para que haya una mejor y más eficiente Democracia, la dirigencia tiene que idear una manera más vigente y fresca de hacer política. El otro es que  las expresiones democráticas del país, es decir, los partidos y los grupos independientes -que vienen desarrollando un ambicioso programa de “Conversatorios Ciudadanos", para interactuar con los “ciudadanos de a pie”- no pueden ni deben transitar el mismo camino, haciéndolo de espaldas entre ellos mismos.

El resumen de lo que allí se escucha, comienza por destacar la incomprensión sobre cómo es que a un país que le ingresó más de un MILLÓN de millones de dólares, esté arruinado, endeudado y pasando hambre. Consideran que Venezuela debería ser un país modelo de prosperidad continental, sin pobreza extrema, con una clase media en proceso de expansión y una economía pujante. También, desde luego, una nación referencial en la región por la calidad de sus servicios de salud, educación y seguridad.

“¿Cómo fue que, repentinamente, dejamos de ser el país de la esperanza y las oportunidades, como era hace apenas 40 años, cuando venían personas de todo el mundo, para convertir sus sueños de una vida digna y próspera?”.

Para la mayoría de los que asisten, la inquietud más frecuente, sin embargo,  es a qué se debe la enorme escasez de alimentos. Productores, comerciantes, amas de casa, por igual, coinciden en que durante los últimos cien años, en Venezuela “nos hemos comido nuestras propias cosechas, salvo algunas excepciones, que, en ningún caso, nos hacían perder el sueño”.

Entre frases de dolor, molestia y frustración, cada uno describe cómo es que ahora se constituye “el simbólico plato nacional”, es decir, el “pabellón criollo”. Y lo enumeran detenida y rabiosamente: “carne mechada de Brasil; caraotas de Méjico o Dominicana;  arroz de cualquier parte del mundo, porque viene desde Uruguay, Brasil, Centroamérica y hasta de Guyana, cuando no hay ruidos políticos. El aceite comestible, las ollas y sartenes también son importados. Lo único criollo lo constituyen los condimentos, el gas y la electricidad. Inclusive, en el caso de estos dos últimos servicios a cargo del monopolio estatal, todo depende de si no hay apagones y si el expendio de bombonas no se ve afectado por la ausencia de transporte

La población, definitivamente, está consciente de que se ha dejado de producir, bien porque no se permite hacerlo, o porque, “con dinero ajeno manejado como propio, el mejor negocio siempre será importar, antes que producir, ya que algún rebusque se puede armar en la mitad del camino”. De hecho, la convicción mayoritaria es la de que las importaciones son hechas por quienes sí saben cómo conseguir dólares baratos y en buenas cantidades, como para que parte de ellos terminen en el ámbito de la conversión: de barato a paralelo, mientras las culpas del desmadre especulativo se le carga al fenómeno del “Dólar Today”.

Inclusive, los que se atreven a opinar para juzgar sobre el “andamiaje de la importación”, concluyen en que no es fortuito que se pierdan grandes cantidades de alimentos importados en las aduanas o en almacenes oficiales. Eso sucede porque carecen de logística, pero también porque el objetivo es no distribuir esos alimentos. El propósito verdadero es la conversión de dólares baratos en bolívares a precio de mercado libre.

El otro gran tema, y tan sensible como el anterior, se lo plantean los asistentes como el hecho incomprensible, ante una situación que demanda “soluciones  aceleradas, de emergencia”. Ellos no se explican por qué las fuerzas opositoras y democráticas del país, se plantean ser una opción alternativa de cambio, sin haberse podido entender para actuar unidas.

Reflexionan sobre la conformación de la Mesa de la Unidad Democrática y la fuerza independiente. Y mientras que a esta última la identifican como una expresión mayoritaria del 60% con respecto al 20% de la otra, les inquieta la posibilidad de que allí esté en juego -o en evidencia-un paso en falso ante una situación que jamás se va a revertir solamente con declaraciones, arengas o discursos para la ocasión. 

Ellos, concretamente, afirman que “tenemos una oposición dividida entre los partidos de la Mesa de la Unidad y los Independientes que conforman la gran mayoría. Según las encuestas, la MUD cuenta con, aproximadamente, un 20% de respaldo y los Independientes con un 60% que no aprueba la gestión de Gobierno y que, evidentemente, conforma una mayoría. Pero en lugar de ir unidos a la contienda electoral parlamentaria, los Independientes postulan más del triple de los candidatos que postuló la MUD, y ésta, antes que ocuparse de construir verdadera  unidad, ignora a los independientes y los acusa de divisionistas”.

Para esos “ciudadanos de a pie” de los pueblos ciudades y caseríos del interior del país, “si a la MUD la conforman partidos políticos tradicionales y otros de más reciente constitución, por lo cual deben estar bien organizados hasta llegar a ser legítimos representantes de los más diversos electores del país, entonces, deberían propiciar una gran participación nacional, respetando los liderazgos regionales, hasta conformar una verdadera unidad democrática”.

Desde luego, consideran que  “al no haberse realizado las que debieron ser lógicas y deseadas primarias a nivel nacional, para que pudieran participar todos los interesados, las postulaciones terminaron convirtiéndose en una imposición de candidatos  y en un acto excluyente inconveniente y peligroso para el gran propósito democrático venezolano: impedir que el Partido Socialista Unido siga siendo una fuerza mayoritaria en el Poder Legislativo, o que por la evidente división opositora con miras a dichos comicios, se terminen perdiendo curules”.

Nadie duda que las fuerzas democráticas alcanzarán un “triunfo arrollador el 6 de diciembre”. Sin embargo, insisten en exhortar a la dirigencia política de los dos sectores opositores, para que “pongan la inteligencia a prueba y, con el corazón puesto en Venezuela, se integren la Mesa de la Unidad y los Independientes y constituyan la sólida gran mayoría del 80%. Posible o no, el sentimiento predominante es el de que se conformen acuerdos en los que de la misma manera que la MUD deje sin efecto su respaldo incondicional a candidatos  sin fuerza electoral y respalde a los Independientes, que éstos hagan otro tanto en respaldar a los candidatos de la MUD que necesitan de su apoyo”.

Los conversatorios, que algún dirigente asistente calificó de “gran cruzada  por la justicia y la razón”, arrojaron una conclusión para la evaluación  y consideración de hoy, como para su objetiva valoración histórica. Y es que habrá una gran polarización parlamentaria entre la mayoría opositora y los partidarios del régimen, con un innegable desempeño determinante de la expresión independiente. Este, de hecho, aun siendo minoritario, será el fiel de la balanza para que cualquiera de los dos bloques obtenga la mayoría necesaria.

Por supuesto, ante la posibilidad de que pudiera ser así, es válida, seria y digna de atención la tesis de que es necesario lograr un gran equilibrio opositor, en el que, anticipadamente, se imponga la razón y se desestime la imposición. Nadie puede negar que las solidaridades automáticas ya les han provocado un serio daño parlamentario al país, y que los retos de hoy no  pueden estar supeditados a que se repitan experiencias similares.

Egildo Luján Nava
Presidente de Fedecámaras Miranda y Director de Fedenaga

La política, estúpido

La dirección de campaña de Bill Clinton colocó en su sede un recordatorio de tres puntos para reenfocar los esfuerzos de quienes allí laboraban. De los tres enunciados solo uno se convirtió en ícono y ha recorrido el mundo: “la economía, estúpido”. Se utiliza como una idea fuerza para destacar lo que debe ser prioritario para el logro los objetivos, dejando de lado lo menos importante.

La crisis que azota a Venezuela afinca profundamente sus raíces en las políticas del gobierno, bien sea por torpeza o por mala fe, el ejecutivo está arrastrando el país por una senda de hambre y  miseria, que supera las carencias sufridas por el pueblo durante la época de las batallas independentistas. La crisis económica venezolana es aterradora, para un país que ha estado acostumbrado a vivir en la bonanza, sin embargo, quiero ratificar una vez más lo que he venido señalando desde hace unos cuantos años: la crisis venezolana es más política que económica.

Necesitamos dirigentes que tengan voluntad política para retomar el rumbo correcto. Una vez que el liderazgo decida aplicar los cambios, estoy seguro que en un período relativamente corto retornará la bonanza económica. Para llevar adelante esta transición, de un torpe manejo económico a una economía pujante, requerimos un liderazgo político honesto, y transparente, debemos exigirle que nos hable sinceramente, No podemos seguir creyendo mentiras de aquellos que nos dicen que ganando la AN cambiaremos el destino de Venezuela, que el  7D los anaqueles amanecerán llenos de productos; los delincuentes se convertirán en buenos ciudadanos; los magistrados emitirán sentencias justas; los hospitales tendrán buenas instalaciones, excelentes médicos y abundantes medicinas, desechemos también  la mentira más superlativa: a partir de estas elecciones desaparecerá el chavismo.

A partir del 6D el gobierno quedará muy debilitado y los cambios institucionales podrían acelerarse, sin embargo, es bueno recordar lo sucedido en otras latitudes en períodos transicionales, los chilenos no desaparecieron al pinochetismo cuando ganaron el referendo; los franquistas formaron parte de la transición en España; Mandela gobernó con los blancos que lo mantuvieron preso durante 30 años. Lo que trato de decir es que  debemos desempolvar los aperos democráticos para ocupar los espacios de poder con respeto y tolerancia, dándole al chavismo la lección más dura de su vida;  enseñémosle que en democracia no se gobierna con la dictadura de las mayorías, sino con el respeto por las minorías, lugar que ocuparán ellos desde el 7 de diciembre en adelante.


*Coordinador Nacional de “Gente” Generación Independiente
@alvareznv

lunes, 9 de noviembre de 2015

Poder para las Regiones

Mi infancia transcurrió en un caserío muy pobre del estado Trujillo: El Batatillo. Estudiaba a la luz de una lámpara de kerosén, bastante humo debo tener todavía en los pulmones. Dormíamos en catres, de patas cruzadas, con una lona a la que se le adherían chinches que no dejaban dormir. Para tener agua limpia recorríamos unos 3 kilómetros para traerla en tobos. Cocinábamos en un fogón de leña montado en un cimiento, hasta que  compramos una cocinita de kerosén.  La evolución del baño fue una “moderna” letrina. Las noticias de la civilización nos llegaban a través de un radio  de pilas porque la electricidad llegó solo a partir de 1974, gracias a lo cual  pude ver mi primer programa de televisión: El Zorro.

Esta no es una novela, tampoco es un cuento ambientado en la época de la independencia; estoy hablando de la década de los 70 y es la historia cotidiana de casi todos nuestros caseríos porque desgraciadamente esta situación no ha mejorado en algunos lugares de nuestra geografía. Esta anécdota refleja el estrangulamiento y atraso que sufren nuestros campos,  debido al perverso centralismo que aún ahoga a la provincia. Yo formo parte de las migraciones campesinas que debimos abandonar familia, casas y querencias para venir a la gran ciudad, la cual, en teoría, nos ofrecía mayores oportunidades de estudio y de trabajo pero también cinturones de miseria.

Venezuela requiere muchos cambios para enrumbarse por la senda del desarrollo. Las regiones debemos independizarnos para no tener que pasar por el escritorio de un burócrata en Caracas para plantear un problema que ocurre a más de 800 kilómetros de distancia. No estoy en contra de  Caracas, al contrario, la visualizo como la región 24 del país, la cual debe tener sus gobernantes electos democráticamente y también debe actuar separadamente de las 4 cuadras perversas del poder, que tiene su epicentro en los alrededores de la esquina de Bolero.

Propongo desarrollar un concepto vigoroso: “Poder para las Regiones”. Representado en un verdadero federalismo donde cada una de ellas pueda recaudar  impuestos nacionales, tomar su cuota parte y enviar el remanente hacia el gobierno central. Se trata de  un sistema que permita a las regiones contratar la construcción y gestión de carreteras, autopistas internas, hospitales, escuelas, cárceles, policías y que además las faculte a conformar mancomunidades para realizar obras de gran envergadura que excedan la capacidad presupuestaria individual. Fijémonos como meta del próximo periodo, sacar las regiones del olvido, asignándoles un importante rol en el futuro del país.

*Coordinador Nacional de “Gente” Generación Independiente
@alvareznv

martes, 3 de noviembre de 2015

METÁSTASIS EN LA JUSTICIA VENEZOLANA

Formato del Futuro

“Allí donde no se castiga a los criminales, donde no se reparan las injusticias, donde los derechos de propiedad se vulneran, donde la ciudadanía no puede esperar de los jueces una sentencia ajustada a las leyes, es muy difícil que se cree una atmósfera civilizada capaz de nutrir los procesos de acumulación de riqueza”.
Carlos Alberto Montaner

La administración transparente de la justicia como concepto es lo que permite la convivencia civilizada de la raza humana en todas las latitudes.

No es factible ni posible la coexistencia en ninguna sociedad si sus integrantes no se rigen por un código, un reglamento o normas de comportamiento y respeto a los deberes y derechos de sus integrantes, como a la correspondiente sanción cuando se incurre en el desconocimiento deliberado de la norma.

Es por eso por lo que en los países civilizados, la convivencia es funcional. Disponen de un conjunto de leyes nacidas al amparo jurídico de sus  Constituciones. También de instituciones públicas realmente funcionales, no subalternizadas por quienes detentan el poder, mucho menos condicionadas por la voz y mando de las distintas expresiones de los demás poderes promovidos por la ciudadanía. Y, desde luego, por la gestión rectora de hombres y mujeres moral y éticamente comprometidas con la no menos importante misión de  administrar justicia; de hacer posible que la justicia opere con base en la sabia interpretación de la norma.

El Poder Judicial, entonces, es el verdadero rector determinante de la civilización; la negación del primitivismo que impone la barbarie o la cacería interesada de quienes medran en la truculencia de la antinorma. De hecho, para hacer cumplir las  leyes rectoras del comportamiento humano, se eligen aquellos ciudadanos cuya distinción trascienda a la sabiduría y el conocimiento jurídico: se trata de los íntegros, de los más probos, de los más honestos y respetados.  Es decir, no se trata de cualquier individuo. Porque, además, a partir de su conducta ciudadana y administrativa en funciones públicas, deben construir confianza. Y la confianza ciudadana sólo se construye demostrando que las cualidades y condiciones personales y académicas, están al servicio de la sociedad; nunca, jamás a favor de dependencias condicionantes, especialmente de los intereses grupales, llámense como se llamen.

Una sociedad que pierde la confianza y credibilidad en su Poder Judicial, y que se abstiene de su obligación de exigir una recomposición de dicha figura institucional pública, abre las puertas para que sean la corrupción y la  impunidad las que determinen la forma como debe desarrollarse la convivencia. Y, adicionalmente,  contribuye a inducir la pérdida de todo tipo de valores, mientras afianza con su conducta la vigencia de una sociedad forajida, en la que, progresivamente, se impondrán los más fuertes, y la justicia se administrará individualmente, bien por la vía de la venganza o  de las inconvenientes y supuestas ventajas que ofrece la anarquía. 
En días recientes, los venezolanos apreciaron con asombro, cómo un Fiscal de la República que tuvo a su cargo la responsabilidad de instruir la demostración de presunta culpabilidad  de incurrir en un delito de un ciudadano opositor y  líder político, declaró en un canal de televisión internacional que las pruebas en las que se fundamentó la demostración del supuesto delito, no fueron ajustadas a la verdad. Y que, en razón de ese procedimiento, la sentencia que se dictó en contra de esa persona, por la que debía purgar cárcel durante casi catorce años, respondía a un proceso viciado, realmente fraudulento. Concretamente, que todas las pruebas presentadas por él, son falsas y fabricadas por el Poder Judicial para declarar culpable al ciudadano, a partir de que él, como  Fiscal, en un acto de impropia y cuestionable complicidad, hizo lo que se le autorizó para que el inexistente delito terminara convirtiéndose en un hecho real.

"A confesión de la parte, relevo de pruebas”, reza la Ley.

Independientemente de la veracidad o no de esta declaración, el sólo hecho de que las haya emitido el Fiscal de la causa, un Fiscal de la República, sin duda alguna, indican los juristas, obliga a suspender el juicio y a ordenar una investigación inmediata, organizada por un grupo de profesionales libres de toda sospecha, que gocen de honestidad y credibilidad.

No pueden haber solidaridades automáticas e inmediatas. Y, salvo que el objetivo sea el de impedir que la verdad se conozca, las autoridades tendrían que abstenerse de emitir ningún pronunciamiento o de emitir juicios, dando garantías a los ciudadanos de imparcialidad, para contribuir a  rescatar  la credibilidad en el sistema Judicial del país.  En relación con el caso que se cita, esto no es lo que ha acontecido. Nadie ha dicho que hay que demostrar la verdad y evitar suspicacias alrededor del procedimiento. Se ha optado por descalificar a quien ha dicho que es cómplice de un acto legal viciado.

En relación con el caso y por la similitud con lo que ha ocurrido, es importante recordar que no hace mucho tiempo,  el Presidente de una Sala del Tribunal Supremo de Justicia, máxima autoridad judicial,  también huyó del país, solicitó asilo político y, de igual manera, declaró  en un canal de televisión internacional sobre la ausencia de honestidad y de pulcritud en la administración de justicia en el país. Por supuesto, no son pocos los venezolanos los que hoy consideran que en Venezuela no existe una verdadera administración de justicia, y que la ciudadanía, realmente, “está a la buena de Dios”.

Es importante señalar que aquellos países que han recibido a estos fugitivos venezolanos y exfuncionarios judiciales, no les pueden dispensar  un trato  de héroes y liberarlos de su responsabilidad consciente y cuestionable, en el ejercicio de una práctica en contra de los derechos humanos en Venezuela. Ellos han admitido ser cómplices en graves delitos que los comprometen ante la justicia nacional e internacional, y, en razón de esa conducta, también tienen que ser enjuiciados y sancionados. De lo contrario, sólo se estaría contribuyendo a incrementar el deterioro que exhibe  la poca credibilidad de la justicia venezolana dentro y fuera del territorio nacional, pero también a demostrar que, a nivel internacional, la administración de justicia tiene que dejar de actuar como  una simple distribución de intereses entre Estados o entre Gobiernos.

La administración de justicia en Venezuela es víctima de una metástasis de extrema inmoralidad, si se toman como ciertas y serias las propias declaraciones   que han emitido importantes personeros del Poder Judicial, cuando se han referido al alto número de delitos que no son castigados como debería ser, por lo que la impunidad  es exageradamente alta. Pero si a nivel internacional los procedimientos contra delitos y evidentes delincuentes no pasan de ser un simple saludo a la bandera, nada impide que el primitivismo social  y la irracionalidad estimulada por motivos políticos o religiosos, sigan expandiéndose.


Egildo Luján Nava

Presidente de Fedecámaras Miranda y Director de Fedenaga