Este artículo de opinión
está siendo publicado por 41 medios de comunicación en Venezuela y 1 en Estados
Unidos
Noel Álvarez
*
Ser padre es una
bendición, pero también es una enorme responsabilidad. En este momento llevar
adelante ese importante rol en nuestro país significa un enorme sacrificio, un
estrés enorme debido a un sinnúmero de dificultades que hay que enfrentar. En
este momento padres y representantes se encuentran ante las dificultades que
entraña dar educación de calidad a sus hijos. Equipar a un estudiante los tiene
de cabeza.
El incremento de la matrícula escolar
en los colegios privados, proveer a sus hijos de uniformes y de la lista
escolar para algunos amerita endeudarse. No es para menos, en muchas
instituciones escolares las mensualidades se han incrementado hasta en un 100
por ciento. Para los que tienen más de un hijo, poder mantenerlos en sus
colegios se presenta cuesta arriba.
En cuanto a la lista de útiles
escolares, además de los escasez, el incremento en los precios es espeluznante.
El precio de los cuadernos oscila entre 300 y 500 bolívares. Una resma de papel a precio
regulado mil cien bolívares, pero no se consigue. Los bachaqueros las venden a
3 mil. Así podríamos enumerar una gran cantidad de productos cuyos precios no
escapan a la inflación. Los comerciantes se quejan porque además de tener
dificultades para poder llenar los anaqueles, cuando éstos llegan vienen con el
nuevo precio, no pueden vender a pérdida. De igual forma, los uniformes y los
zapatos están por las nubes.
Por su parte, las instituciones
educativas no la tienen fácil. Los costos de mantenimiento, el incremento de
los sueldos y salarios, es decir, la estructura de costos, que no es fácil
predecir en un país en el que la inflación se dispara casi que día a día, los
ha llevado a tener que subir las mensualidades hasta en un 100 por ciento para
poder honrar sus compromisos. Por supuesto, que la comunidad educativa debe
revisar exhaustivamente la estructura de costos para poder aprobar el aumento.
Sin embargo, tomando en consideración que un bombillo, por solo citar un
ejemplo, se consigue hoy en 600 bolívares, no hay que ser economista para
concluir que el mantenimiento de la infraestructura escolar necesariamente debe
estar acorde con la inflación.
¿Qué hacer? Aunque la situación no es
fácil, es necesario hacer un esfuerzo mancomunado para poder continuar, sin
sacrificar la calidad de la educación. Por ejemplo, intentar hacer una lista
más eficiente, administrarla para hacerla más viable. Un derroche de
creatividad por parte de padres y representantes conjuntamente con los docentes
estoy seguro dará buenos frutos. El venezolano se ha caracterizado por saber
enfrentar las dificultades, ese es el gran reto para las comunidades
educativas. “Los problemas están destinados a despertarnos, no a desalentarnos.
El espíritu humano crece a través del conflicto”. William Ellery Channing. ¡No desmayemos!.
*Coordinador Nacional de “Gente”
Generación Independiente
@alvareznv
No hay comentarios:
Publicar un comentario