sábado, 11 de febrero de 2017

¿Qué parte de “estamos en dictadura” aun no entiende la MUD?


La dictadura de Maduro no es ya la teoría sobre la que algunos intelectuales debatían antes para recomendar estrategias a los partidos democráticos opositores, confundidos y vacilantes sobre el camino a seguir para poner fin al desastre que ha concluido en una pavorosa crisis humanitaria.

No, la dictadura de Maduro es un hecho real, concreto, objetivo y que no admite irrebatibilidad. Un fenómeno tan crudo, abrumador y persistente, como el sol que se levanta, o la noche que cae.


Por eso, no entendemos por qué los dirigentes y los partidos de la MUD no denuncian en coro, al unísono, como un todo, a Maduro y su pandilla, por qué no se convencen, de una vez, que los dictadores no respetan las constituciones, violan los derechos humanos y, mucho menos, celebran elecciones de gobernadores y alcaldes que saben van a perder, a menos que se las impongan una gigantesca movilización de calle que no ceje por semanas y hasta meses en sus objetivos.

No entendemos por qué, si los sectores estudiantiles, los sindicatos, los gremios de profesionales, y la Iglesia Católica, le gritan al mundo que el autoritarismo de Maduro ha desembocado en una dictadura, la MUD aún no realiza un pronunciamiento contundente y despeja las dudas de que, al menos en la expresión mayoritaria de los partidos que la integran, comparte esta convicción que es ya de toda Venezuela.

Y sobre todo en circunstancias, de que suenan voces desafinadas en la MUD, las de algunos partidos que no andan por el carril de la mayoría opositora, y más bien, siguen la línea oficialista de que otro “falso diálogo” solucionaría los problemas del país, cuando en verdad la intención de Maduro y su pandilla es continuar ganando tiempo, mientras la oposición lo pierde en otro espejismo que nunca llegará: las elecciones para gobernadores y alcaldes.

Tiene entonces la MUD, -si quiere ganarse de nuevo el favor de las mayorías: 

1) Denunciar contundente, unísonamente e inapelablemente que el gobierno de Maduro es una dictadura y no quiere elecciones. 

2) Hablarle claro al país y decir la verdad sobre la actual situación electoral e indicar cuales son las estrategias viables para afrontar al régimen. 

3) Dejar la ambigüedad de algunos partidos políticos y el protagonismo de sus lideres, que más parecieran formar parte de las filas del oficialismo, que de la oposición.

4) Denunciar el “falso diálogo” que de nuevo quiere implementar Maduro y sus compinches y declarar que, no participará en el mismo para que, tal como lo expresó ayer el Secretario General de la OEA, Luís Almagro, se tomen las medidas requeridas para que la Carta Democrática le sea aplicada, al dictadorzuelo.

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