De la mano de la ruina político-institucional, el régimen conduce al país a la ruina económica.
La Encuesta de Condiciones de Vida (Encovi), que es un estudio realizado por un equipo multidisciplinario de investigadores de tres universidades (UCV, UCAB y la Simón Bolívar) reveló que en Venezuela había un 81,8% de hogares pobres en el año 2016, convirtiéndonos así en el país más pobre de América Latina. De esos hogares pobres, el 52% se encuentra en pobreza extrema, es decir, que no tiene capacidad suficiente para financiar o adquirir la canasta alimentaria. Contra el veredicto técnico de esas tres calificadas universidades, Nicolás Maduro tuvo la desfachatez de decir el pasado 15 de enero que en el 2016 la pobreza había disminuido de 19,7% a 18,3%.
Imagen cortesía de: http://runrun.es/nacional/296222/ovv-en-venezuela-la-gente-no-solo-muere-por-violencia-tambien-por-hambre.html
Como al hambre por la insuficiencia alimentaria se suma la escasez de medicamentos esenciales para la conservación y el rescate de la salud, se completa la existencia de una crisis humanitaria, agravada por la resistencia oficial de aceptar la ayuda externa.
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