Holodomor, o cómo Stalin mató de hambre a millones de ucranianos
Kiev, 25 nov (EFE) / Khrystyna Kinson / foto Ukrinform-EN.- Millones de ucranianos murieron de hambre durante la dictadura de Stalin, pero más de 80 años después de aquellos hechos, Ucrania sigue luchando para que el "Holodomor", como se conoce esa tragedia, sea reconocido como un acto de genocidio por la comunidad internacional.
El anciano Mykola Onyshenko recuerda que fue en otoño de 1932 cuando las autoridades soviéticas empezaron a requisar el pan, los granos de maíz, el cereal, las patatas y todos los demás alimentos que constituían el sustento de una población mayoritariamente rural, en un país considerado entonces "el granero de Europa".
"Lo vi con mis propios ojos. Grupos de cuatro o cinco personas iban de casa en casa a hacer registros. Llegaron a la nuestra y nos preguntaron dónde teníamos escondido el pan", afirma Onyshenko, al tiempo que cuenta cómo guardaban desesperadamente las semillas entre la paja y en otros lugares insospechados.
El objetivo de Stalin era obligar a los campesinos a integrar sus propiedades en granjas de explotación colectiva (koljós, en ruso), una política que justificó en la necesidad de aumentar la producción agrícola para su exportación a países capitalistas, con el fin de financiar la industrialización de la Unión Soviética.
Onyshenko vivió en carne propia esa brutal expropiación y la hambruna que trajo en el pueblo ucraniano de Roza, situado a las afueras de Berdiansk, en la provincia oriental de Donetsk.
Tenía tan solo siete años, pero recuerda con lucidez cómo las autoridades soviéticas se apoderaron de las tierras de cultivo de su familia, "lo más valioso que tenían los campesinos" en esa época.
"Antes de la hambruna mi familia trabajaba en sus propias tierras y vivía más o menos bien. Pero el gobierno quería que trabajaran para el Estado y no para sí mismos. Por eso empezaron a mandar a la gente a esas granjas, a las que nadie quería ir", explica Onyshenko en una conferencia celebrada en Kiev.
La migración de la población que vivía en las zonas afectadas por la hambruna fue restringida y las actividades comerciales fueron prohibidas, por lo que los campesinos no podían desplazarse libremente en busca de alimentos.
Además, la colectivización estuvo acompañada de una violenta represión hacia los trabajadores rurales que mostraron resistencia a las autoridades, que incluyó arrestos, ejecuciones y deportaciones masivas.
En la memoria de Tamara Bodrenko, otra superviviente de esta catástrofe, también sigue viva la imagen de sus vecinos agonizando como consecuencia de la inanición.
Ella era tan sólo una niña, y veía a sus padres volver todos los días a casa con las manos vacías después de trabajar duramente en una granja colectiva.
"Mi madre nos cantaba canciones para que nos olvidáramos del hambre. Se lo llevaron todo y sólo nos quedamos con una vaca, gracias a la cual pudimos sobrevivir", señala a Efe Bodrenko, de 94 años.
"En el pueblo, veíamos cómo la gente se desplomaba en la calle y ahí se quedaban durante un tiempo. Nadie los enterraba", continúa.
El "Holodomor", que deriva del ucraniano "moriti golodom" y se traduce como "matar de hambre", fue una catástrofe humanitaria ocurrida en los años 30 del siglo XX a raíz de la colectivización forzosa de la tierra emprendida por el dictador soviético Iosif Stalin, que se aplicó con especial virulencia en Ucrania.
Historiadores ucranianos consideran que fue una política de exterminio deliberadamente planeada por Stalin para aplastar toda resistencia contra el régimen comunista, suprimir los movimientos nacionalistas e "impedir la creación de un Estado ucraniano independiente".
Además de realizar expropiaciones masivas de las cosechas y reducir las cuotas de comida, Stalin sembró el terror en Ucrania al ordenar la confiscación de los productos agrícolas y comestibles de millones de personas durante un año para doblegar la oposición de la población rural.
Según estimaciones oficiales -basadas en el censo y archivos secretos desclasificados tras la desintegración de la URSS-, se calcula que al menos cuatro millones de ucranianos murieron a causa de esta política en apenas dos años (1932-1933).
No obstante, dada la enorme pérdida de población y la elevada mortalidad registrada en ese periodo, diversos estudios apuntan que la cifra podría alcanzar hasta diez millones de víctimas.
En noviembre de 2006 el Parlamento de Ucrania adoptó una ley que reconoce este hecho histórico como "genocidio del pueblo ucraniano" perpetrado por los dirigentes del régimen comunista soviético, que negó durante décadas que hubiese ocurrido.
Según el Ministerio del Interior de Ucrania, los parlamentos de catorce países ya lo han reconocido como tal, entre ellos Georgia, Ecuador, Estonia, Colombia, México, Perú, Polonia y Hungría.
No obstante, no existe ningún documento de Naciones Unidas que utilice este término para referirse a esa gran hambruna.
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