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Oswaldo Álvarez Paz: Capítulo venezolano de las Farc
Cada semana se hace más difícil escoger el tema a tratar. La desviación electoralista que se ha apoderado de muchos dirigentes es la razón fundamental. Ya casi no se habla de la presencia protagónica de las estructuras del narcotráfico en la vida venezolana. Tampoco del terrorismo y sus múltiples manifestaciones, ni del control cubano de instancias fundamentales de la vida civil y militar de la república. El tema de la corrupción ha pasado a ser secundario en un país destrozado por sus manifestaciones a todos los niveles. Mientras que el tema Obredecht ocupa lugar prioritario en buena parte del continente, en Venezuela sigue pasando por debajo de la mesa. Ni gobierno ni oposición se ocupan. Es como si no existiera, como si esa empresa brasileña jamás hubiera operado en este atormentado país. Ya casi no se menciona lo relativo a los presos y exilados políticos. Increíble, pero cierto.
Buena parte de la dirigencia se ocupa de las elecciones de alcaldes y de las condiciones que deben existir para la próxima elección presidencial que debería realizarse a finales del año próximo. Todo dentro de un ambiente calculadamente incierto construido por el régimen, en el que todos están envueltos. Con sólo pensar que este presidente durará por lo menos año y medio más, tolerado por la oposición oficialista, todo se hace más cuesta arriba. ¡No puede ser!
Como parte de la necesaria reflexión sobre estos temas, releo un importante trabajo de hace un par de semanas escrito por Alfredo Michelena, publicado en la revista Zeta. Se titula “Las FARC en Venezuela”. También pasó por debajo de la mesa. Se refiere al primer encuentro preparatorio para crear la estructura organizativa del partido Farc en Venezuela. Se realizó en Santa Cruz, Municipio Lamas del estado Aragua. Según el autor, la información ha sido tomada del portal del PCC, Partido Comunista de Colombia.
Sin esconder sus propósitos a mediano y corto plazo, manifiestan que vienen a Venezuela para enfrentar la amenaza real de una invasión militar americana, apoyada por “gobiernos lacayos” como el de Colombia. Trabajarán para reclutar efectivos dispuestos a ser la voz y la acción de las FARC en nuestro territorio, en función de sus intereses de supervivencia y gobierno. No ocultan la decisión de ampliar su campo de acción a nuestro país como baluarte e instrumento de los propósitos que los animan.
Michelena sintetiza la gravedad de lo ocurrido de la siguiente manera: “Esta sería la primera vez que explícitamente se crea un partido subsidiario de otro en un país vecino, para apoyar al fundador en su ascenso al poder y asegurar el mantenimiento del régimen en el otro”. Más claro no puede estar. Sin embargo, pareciera que la materia ni importa ni preocupa. ¿Es miopía o complicidad?
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