lunes, 6 de julio de 2015

Desventuras de un viajero


Noel Álvarez*

Poco me gusta hablar en primera persona de lo que me sucede, me gusta o hago, pero en esta oportunidad una amiga me convenció al decirme, que si no hablamos quienes tenemos la posibilidad de expresarnos en los medios de comunicación, ¿quién hablará por quienes no pueden hacerlo? Esto me persuadió de relatar un hecho muy lamentable que me pasó durante mi último viaje.

Fui invitado a participar como ponente en la Asamblea anual de la Asociación Profesional de la Industria Funeraria (ASOPROINFU), celebrada en Porlamar. Me remitieron el boleto con el siguiente itinerario, ida: 25 de junio, hora 7:40 pm y el  retorno: 27 de junio, hora 10 pm, ambos por Aeropostal. Llegué a Maiquetía dos horas antes de la salida del vuelo, para mi sorpresa, este salió puntual. Al desembarcar en Nueva Esparta, pensé confirmar mi vuelo, pero desestimé la idea ¡craso error!

Presenté mi ponencia el 26 de junio. Durante la mañana del siguiente  día, sábado para mas señas, se celebraron las elecciones y por la tarde me dispuse para el retorno; a las 7:20 pm  me trasladé  al aeropuerto. Al llegar me sorprendió encontrar las taquillas de Aeropostal cerradas. Ante la ausencia de personal en los mostradores, me dirigí al modulo de información. La joven que me atendió allí, consultó mi boleto y me notificó que ese vuelo no existía los sábados, desde hace  6 semanas, aproximadamente.

Múltiples preguntas cruzaron por mi mente: ¿Cómo suspenden un vuelo sin notificarle a los interesados? Si el vuelo no existe los sábados ¿Donde me colocaron? y ¿Qué puede hacer una persona que no tenga dinero para pagar el hospedaje, traslado y comida?. Por fortuna yo recibí el auxilio de mis anfitriones, pero el que no tiene esa suerte, simplemente debe quedarse a dormir en el aeropuerto hasta conseguir viajar a su destino. Al día siguiente, domingo,  continuó mi vía crucis. La aerolínea se escudó en un supuesto mensaje a un destinatario y teléfono fantasma. Nunca recibí ese mensaje. Para el vuelo de la noche ni siquiera me colocaron en lista de espera. ¡Quédese por allí para ver que sale! Me soltaron a quemarropa. Pero cerraron el vuelo sin vacantes, ¡vengase mañana a las 6am! Me dijo una empleada, con cara de pocos amigos, ¡pero sin garantía!

Me tracé como meta, esperar hasta que llegara el vuelo de esa noche, hecho que sucedió como a las 11pm, quizás por la insistencia o para quitarse el fastidio de tenerme allí estorbando, me permitieron embarcar en ese último vuelo, que terminó despegando a las 12:05 am. Al llegar a Maiquetía no había taxis. La divertida anécdota de mi traslado a Caracas será el objeto de otro artículo. Muchos pasajeros que no encuentran como trasladarse hasta sus hogares, deben permanecer en el aeropuerto, expuestos a que les suceda cualquier cosa, ya que, solo a partir de las 4 am, comienzan a operar los taxis.

Los retrasos y abusos de las líneas áreas se han convertido en rutina; muchas personas languidecen a la espera de la salida de sus vuelos: Las aerolíneas se lavan las manos y las autoridades no han podido resolver la grave situación. Las primeras se quejan de la falta de dólares para mejorar el servicio y mientras tanto, los pasajeros debemos soportar todo tipo de abusos. El pésimo servicio es el reflejo del lamentable caos que impera en el país, en casi todos los servicios.


*Coordinador Nacional de “Gente” Generación Independiente
@alvareznv

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