Nuestro
país se ha convertido aceleradamente en un caos, donde los que debieran
propiciar la armonía son los mayores pervertidores de ella. Con este marco conceptual, cualquier cosa que pase no tendría
nada de extrañar, sin embargo, los ciudadanos que luchamos para recuperar la
sindéresis, nos preocupan algunas situaciones que parecieran propias de un
psiquiátrico.
Esta
semana, bajaba por una calle de la Candelaria una grúa de tránsito con un carro
remolcado. Este último despedía una terrible humareda, aparentemente llevaba las
ruedas bloqueadas. En una esquina los alcanzó el propietario del carro, montado
en una mototaxi. El señor los increpó sobre el daño que le estaban causando al
bien y de seguidas, le propinó un golpe al chofer de la grúa. Cuando intervino
la policía acompañante, diciendo que a ella no le importaban los daños del
carro, recibió una patada que la
proyectó varios metros por el suelo. Supongo que el señor estará preso. Sin
querer justificar la agresión, trato de ponerme en el lugar del ciudadano que
presencia atónito como le dañan su vehiculo, sin que nadie asuma la
responsabilidad por los destrozos.
Hace
unos días, bajaba por la autopista Prados del Este y me topé con una kilométrica
cola que partía desde el Concresa, supuse que sería un accidente fuerte. Para
mi sorpresa, cuando llegué a su cabecera, solo ví un grupo de policías de
Baruta que tenían montada una alcabala. Me pregunté ¿tendrán los policías vista
de rayos X? Todos los días se forma una interminable cola en el antiguo peaje
de Tazón porque la nunca bien ponderada Guardia Nacional monta una alcabala
para mirarle la cara a los conductores y para registrarle los bolsillos a
cuanto incauto tenga la desgracia de escoger esa ruta. Recientemente sufrí los
embates de una gigantesca cola en el peaje de Taguanes, ya que, aunque el peaje
no está operando, los guardias hacen de
las suyas molestando a los conductores y entorpeciendo el tránsito.
Todos
estos procedimientos son de diseño militar y Venezuela que tiene casi 30
millones de civiles, está dirigida por el gobierno más militarista que haya
conocido nación alguna. Los militares tienen unos patrones mentales que los
civiles no entendemos, pero tampoco ellos parecieran querer hacerse entender, sino
temer. El militar manda u obedece, no está formado para cuestionar órdenes pero
sí para rechazar explicaciones. Debo decirles, a los burócratas, oficialistas u
opositores, actualmente en funciones de gobierno que la alcabala, es el
mecanismo más atrasado e ineficiente que nos legaron los españoles y actualmente
solo perviven en países con gobiernos autoritarios.
*Coordinador Nacional de “Gente” Generación
Independiente
@alvareznv
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