domingo, 4 de diciembre de 2016

Dónde está la orgía

Hoy he demorado en escribir mi artículo de opinión semanal a consecuencia de varios eventos. El primero, una gripe que me persigue ineluctablemente todos los años por esta misma época. Los hechos subsiguientes tienen que ver con las tragedias cotidianas que nos toca vivir a los ciudadanos en la Venezuela socialista, como le gusta a los chavistas llamarla. Para desayunar tuve que sufrir una cola de por lo menos una hora. Invertí otros 60 minutos para comprar unos enlatados y rematé con más de una hora para comprar 2 barras de pan. Todas estas vicisitudes debido a la crisis de los sistemas electrónicos para el pago con tarjetas porque el dinero en efectivo se ha convertido en contrabando.
La verdad es que estas incomodidades, al igual que a todos los venezolanos, me mantienen en un estado de molestia con “erres” intermedias… “irritado”, por decir lo menos. Es público y notorio que mientras los ciudadanos comunes perdemos tiempo en la colas y nos empobrecemos día a día, a causa de las nefastas políticas del gobierno, existen grupos de privilegiados que recorren el camino a la inversa, debido a los favores concedidos por sus amigos oficialistas, no sufren ninguna privación y de la noche a la mañana devienen en multimillonarios.
Cuando anunciaron el último sistema de precios para la moneda extranjera, yo pregunté ¿eliminaran el renglón de la divisa subsidiada? Cuando me respondieron que no. Les replique ese seguirá siendo el desaguadero para la corrupción y no como vocifera el gobierno que beneficiará a la gente pobre. A partir de allí me puse a echar unos números que hoy se refuerzan con lo que está ocurriendo: Supongamos que usted o yo, sea uno de los protegidos del gobierno, con una módica inversión de 10 millones de bolívares puede adquirir 1 millón de dólares a través del sistema  de Divisas Protegidas (DIPRO), luego concurre al mercado alternativo, lo vende y obtiene, aproximadamente,  4 mil millones de bolívares.
Les pido que reflexionen conmigo sobre el barril de pólvora en el cual estamos sentados y la escandalosa estafa que esto representa para el pueblo, porque si bien es cierto que los estados no quiebran, tampoco es menos cierto que las garras de la miseria si alcanzan a su gente. Siguiendo con el ejemplo anterior,  el millón de dólares inicial, por arte de magia financiera, se transformó  en 400 millones de dólares. Este ciclo podría repetirlo indefinidamente, hasta lograr convertir al “Ceniciento” pobre de solemnidad en un potentado que podría pasar a disputarle a Bill Gates el primer lugar de los millonarios del mundo. Concluyo preguntando ¿hasta cuando los venezolanos aguantaremos esta descarada orgía?

 *Coordinador Nacional de “Gente” Generación Independiente

No hay comentarios:

Publicar un comentario